“Sticky” de Drake nos sumerge en una fiesta de autos lujosos, joyas personalizadas y lealtad inquebrantable al barrio. El rapero de Estados Unidos presume su éxito —desde su marca de joyería Homer hasta viajes en Sprinters a Quebec— mientras lanza guiños a su madre, quien deseaba un camino “corporativo”, y a sus amigos de toda la vida, el G-Block y el D-Block. El estribillo “You know how sticky it get” transmite esa sensación de momentos intensos, complicados y “pegajosos” que trae la fama: encuentros amorosos explosivos, la presión de ser el mejor y la tensión con rivales que inflan el pecho pero no aguantan la comparación.
Detrás del brillo, Drake reflexiona sobre el costo del éxito y advierte a quienes lo subestiman. Entre referencias a diseñadores como Virgil Abloh y el apoyo a amigos encarcelados (“Free Big Slime”), el tema mezcla celebración y desafío:
- Exceso y ostentación: autos Maybach, pulseras a juego, invitaciones exclusivas.
- Lealtad al equipo: “Love my guys, I wouldn't trade” muestra que, con toda su riqueza, sigue con los suyos “desde la cuna hasta la tumba”.
- Competencia feroz: si alguien duda de su lugar en la cima, él responde con hits y un recordatorio de lo “pegajoso” que se vuelve el ambiente cuando entra en juego.
En conjunto, “Sticky” es un himno de autoafirmación y ritmo contagioso que invita al oyente a sentir la intensidad —y el glamour— del universo Drake.