¿Alguna vez has sentido que compites contra la persona “perfecta”? En “Don’t Bother”, la colombiana Shakira exagera con humor las virtudes de la nueva novia de su ex: cocina sin engordar, habla francés impecable, hace Tai Chi y hasta mide casi dos metros. Con una lista irónica de méritos imposibles, la cantante se ríe de sus propias inseguridades y nos invita a observar el lado teatral de los celos.
Sin embargo, el verdadero corazón de la canción no es la rivalidad sino la auto-aceptación. Entre promesas de no llorar y juramentos de que estará bien, Shakira admite que sería capaz de sacrificarlo todo por amor… para inmediatamente reconocer que no vale la pena. El estribillo "So don’t bother" es un recordatorio juguetón de que nadie necesita demostrar su valor a quien no sabe apreciarlo. Así, la artista convierte la herida en fortaleza y nos deja bailando con la convicción de que, al final, lo importante es celebrar nuestra autenticidad.