Don't relata un idilio que comienza con diversión y termina con un sabor amargo. Ed Sheeran nos cuenta cómo una relación aparentemente casual —llena de ginebra con limón, pizza para llevar y noches sin dormir— se enreda cuando la confianza se quiebra. Entre vuelos, hoteles y escenarios, el cantante descubre que no era el único en el corazón (ni en la cama) de ella, y su estribillo “Don't with my love” se convierte en un reclamo furioso: no juegues con mis sentimientos.
La canción refleja los dilemas de las relaciones modernas: la línea borrosa entre “pasarlo bien” y “algo serio”, los malentendidos que nacen de la falta de comunicación y la sorpresa de sentir más de lo que se había planeado. Con su pegadizo “La la la la”, Sheeran transforma la traición en un himno pop que invita a bailar mientras recuerda que el respeto y la honestidad son los verdaderos protagonistas de cualquier historia de amor.