“Blinding Lights” de The Weeknd, el talentoso cantante canadiense, nos transporta a una noche vibrante en la que el protagonista siente que la ciudad es un desierto helado sin la persona que ama. Con destellos de neón, coches a toda velocidad y un corazón latiendo al ritmo del sintetizador, la letra describe la angustia de quien sufre una “resaca emocional”: tras haber pasado demasiado tiempo solo, busca desesperadamente el calor y la guía de ese amor que le devuelve la claridad. Cada luz cegadora simboliza tanto la tentación de la vida nocturna como la ansiedad que siente al no poder verla con nitidez cuando ella no está.
El coro revela su estado de alerta permanente: “No puedo dormir hasta sentir tu piel”. Él compara su falta de rumbo con estar “ahogándose en la noche”, y deja claro que solo confía plenamente en esa persona especial para sacarlo de la oscuridad. El tema mezcla nostalgia ochentera con la cruda vulnerabilidad de alguien que intenta huir de la soledad, recordándonos que, incluso entre luces deslumbrantes y carreteras sin fin, el brillo más importante es el de un amor que nos haga sentir en casa.