Born To Die es un viaje cinematográfico por la cara más intensa del amor. Lana nos invita a caminar por las calles de una ciudad que parece un laberinto emocional: aquí la pasión es vertiginosa, la tristeza empapa como la lluvia y cada beso sabe a última oportunidad. La cantante mezcla glamour con melancolía para recordarnos que, entre risas, excesos y promesas al límite, todos estamos destinados a un final inevitable.
La letra retrata a dos amantes que se agarran el uno al otro mientras todo alrededor se tambalea. El yo lírico siente que sus pasos pueden fallar en cualquier momento, confiesa que el amor no siempre es suficiente y, aun así, prefiere vivir rápido, reír alto y perderse en el “lado salvaje”. El mensaje es claro: aprovecha la locura y la belleza del presente, porque la vida -y este romance- podrían acabarse en un suspiro.