¿Alguna vez has tratado de convencerte de que no sientes nada por alguien y terminas fallando estrepitosamente? Eso le pasa a Selena Gomez en Bad Liar. La cantante, con raíces en Estados Unidos y México, se pasea por la ciudad intentando distraerse, pero cada esquina le recuerda a esa persona que la trae de cabeza. Como en la famosa batalla de Troya, no hay nada sutil: su mente está sitiada por imágenes del otro, su habitación parece gigantesca sin él y, aunque intenta hacerse la desinteresada, sabe que cualquier excusa es buena para invitarlo a ocupar ese espacio vacío.
En esta canción, Selena juega con la ironía de ser una “mala mentirosa”. Entre metáforas de espejos, pinceles y serpientes que se deslizan, nos confiesa que su autocontrol se incendia cada vez que lo ve. Lucha por no pensar ni ceder, pero el deseo la delata… y al final propone transformar la fantasía en realidad. Bad Liar es una oda a ese crush imposible de ocultar, un recordatorio de que los sentimientos, cuando arden, siempre encuentran la forma de salir a la luz.