¿A qué sabe el verano eterno? Stephen Sanchez, cantautor estadounidense de voz vintage, nos invita en Baby Blue Bathing Suit a revivir ese amor estival que se queda pegado a la piel como la arena húmeda. La letra dibuja un escenario de carreteras infinitas, olas azul intenso y miradas verde profundo; allí, el protagonista descubre que el cielo puede ser tan terrenal como una chica en traje de baño celeste, con pecas y rizos iluminados por el sol.
Con una melodía soleada y un coro que evoca los años 50 y 60, la canción celebra la nostalgia: cada estrofa es un flashback que recuerda cómo las primeras pasiones —inocentes, saladas, ardientes— marcan para siempre. Las “big blue waves” y los “midnights” abrasadores simbolizan la libertad juvenil y la promesa de que el verano es un lugar para todos, un refugio al que volvemos en sueños cuando la rutina aprieta. Así, la canción se convierte en una postal sonora donde el pasado no duele; al contrario, brilla como esa piel bronceada que nunca pierde el color.