Souvenir es un viaje sensorial por los recuerdos de un romance tan intenso que deja escalofríos incluso en pleno verano neoyorquino. Selena Gómez describe escenas cinematográficas: un balcón en el décimo piso de Manhattan, el color “azul egipcio” de unos ojos que hipnotizan, un vino del 93 descorchado en una suite presidencial. Cada detalle se guarda como un recuerdo tangible, un souvenir que demuestra cómo el amor puede convertirse en la mejor medicina y, al mismo tiempo, en la más dulce adicción.
En la canción, la artista méxico-estadounidense celebra la magia de esos instantes irrepetibles donde el tiempo parece detenerse. El latir acelerado, la piel erizada y la respiración contenida se transforman en objetos invisibles que la otra persona puede conservar para siempre. “Souvenir” nos recuerda que los momentos compartidos, por fugaces que sean, son tesoros que viajan con nosotros y hacen que el presente se sienta tan vivo como nuestros propios recuerdos.