¿Te acuerdas de esas amistades de colegio que solo te acompañaban mientras compartías el almuerzo? Melanie Martinez las bautiza como lunchbox friends y, con un tono entre dulce y sarcástico, denuncia lo fugaz y superficial de esos vínculos. En la canción, la cantante recibe invitaciones para sentarse “en la mesa del fondo” y chismear sobre chicos, dinero o apariencias… pero solo hasta que el reloj marque las tres. Después, cada quien sigue su vida y el “amigo” se esfuma.
Martinez contrasta esa falsedad con el anhelo de una conexión auténtica: alguien que vaya a su casa, que la entienda sin juzgar y que quiera una amistad “para siempre”. Al criticar la presión social de “parecer una Barbie” y cumplir expectativas ajenas, la artista subraya que prefiere la honestidad a la popularidad. En pocas palabras, el tema es un himno contra las relaciones interesadas y un recordatorio de que la verdadera amistad se mide fuera de la cafetería.