¿Alguna vez te han prometido la fama y la felicidad instantáneas si aceptas el precio? GOSSIP nos abre las puertas de una ciudad brillante y engañosa, un enorme "circo" donde basta un retoque de plástico y un vaso de ginebra para sentirte estrella de cine. Måneskin y la guitarra incendiaria de Tom Morello retratan el lado oscuro del llamado American dream: luces de neón, rumores que se beben como cócteles y una multitud ansiosa por ser "icónica" aunque acabe pareciéndose al resto.
La letra lanza dardos contra la superficialidad, la cultura de las apariencias y la presión por anestesiar los sentimientos con pastillas, fiestas y chismes. Cada “sip the gossip” es una invitación sarcástica a tragarse mentiras que queman la garganta, mientras la banda denuncia la falsedad que se esconde bajo la alfombra. En medio de riffs potentes y estribillos pegadizos, la canción nos invita a mirar detrás del telón y preguntarnos: ¿vale la pena ser parte del espectáculo si para ello debemos renunciar a lo auténtico?