Honeymoon Sampler es como abrir la puerta de un club secreto donde Lana Del Rey deja ver, en ráfagas, el universo de su disco «Honeymoon». Con frases que mezclan glamour de Hollywood y romanticismo oscuro, la artista describe un amor intoxicante: hay halos en llamas, veranos infinitos reflejados en palmeras y un deseo casi cinematográfico de destrucción y salvación. Las imágenes relucen como neón: estrellas viejas que nunca envejecen, guitarras convertidas en juguetes y un amor tan intenso que “las llamas se vuelven azules”.
En medio de esa pasión brillante, Lana confiesa el agotamiento que produce vivir dentro de un cuento de hadas retorcido. Sueña con escapar: “Ven a California, sé un bicho raro como yo” y, sobre todo, “todo lo que quiero es volar y colocarme junto a la playa”. Así, la canción funciona como un collage de sensaciones entre la tentación del lujo y la necesidad de paz. Con cada verso, Lana pinta la eterna dualidad californiana: la superficie dorada y el cansancio que late debajo, invitando al oyente a perderse —y encontrarse— en esa atmósfera hipnótica.