Melting es la confesión satinada de una obsesión amorosa que derrite a cualquiera. Kali Uchis compara a su persona especial con un templo al que acude en busca de salvación y con el veredicto que define su destino; la sola presencia de ese ser hace que su interior se voltee de cabeza y que la sangre le corra a mil. Entre referencias eléctricas (enchufe, circuito) y celestiales (un pedazo de cielo encarnado), la cantante pinta un flechazo místico que mezcla deseo físico con reverencia espiritual.
En el estribillo, la imagen de un helado que se derrite resume la vulnerabilidad alegre de ese enamoramiento. Ella quiere hacer reír a su crush, estudia monólogos de comedia, ansía rozar sus labios suaves y encontrar en su sonrisa la confirmación de que todo estará bien. La canción vibra entre sensualidad soñadora y ternura juguetona, recordándonos esa sensación adolescente de perder la compostura frente a alguien que parece un sueño hecho realidad y que, con una simple sonrisa, puede convertirnos en puro caramelo fundido.