Lucid Dreams es el lamento confesional de Juice WRLD, un joven artista de Chicago que mezcla el rap con el pop-punk para contarnos cómo se siente cuando un gran amor termina. Entre rimas melancólicas y un sample hipnótico, el cantante admite que sigue viendo las sombras de su ex en su habitación: no puede recuperar el cariño que entregó y ahora oscila entre amor y odio. La letra repite esa batalla interna como un loop: “No puedo cambiarte, así que debo reemplazarte”, reflejando la impotencia de quien sabe que la otra persona ya siguió adelante, pero se resiste a olvidarla.
En estos sueños lúcidos, Juice se ve paralizado, acostado en la cama, recreando planes de boda que jamás sucederán. Para escapar de la tristeza recurre a medicación, aunque reconoce que todo está en su cabeza. La canción es, en el fondo, un recordatorio de que los recuerdos pueden ser tan nítidos como dolorosos y de que, a veces, el primer paso para sanar es aceptar que el pasado no se puede reescribir… pero la propia historia sí. Con un estribillo pegajoso y una honestidad brutal, Lucid Dreams se ha convertido en un himno para quienes buscan cerrar un capítulo amoroso y recuperar el control de sus emociones.