John Mayer, el talentoso cantautor estadounidense, nos regala en “Daughters” un mensaje tan íntimo como universal: la forma en que un padre trata a su hija marca para siempre su manera de amar. A partir de la figura de una chica "laberinto", cuyas emociones cambian sin cesar, Mayer detecta que las heridas no nacen de la relación presente sino de un pasado donde papá se marchó y dejó un vacío. Por eso lanza su súplica: "Fathers, be good to your daughters".
La canción funciona casi como un recordatorio generacional. Si los padres brindan cariño y respeto, las hijas crecerán para amar con la misma calidad; a su vez, esas hijas se convertirán en madres y perpetuarán el ciclo. Mayer tampoco olvida a los chicos: nos dice que los hombres pueden ser fuertes, pero sin el calor de un buen corazón femenino se desmoronan. En resumen, “Daughters” mezcla dulzura y advertencia para subrayar el poder que tienen la familia y la crianza sobre el amor adulto. ¡Una lección emotiva que vale la pena cantar y, sobre todo, practicar!