Pretty Stranger es una confesión íntima en la que Faouzia le habla a un "extraño bonito" que, a la vez, es una persona amada y un espejo de sí misma. Entre guitarras melancólicas y su voz poderosa, la cantante canadiense reconoce que la vida la tiene aturdida, que ya no identifica al "hombre" —o la versión de ella misma— que ve frente al espejo y que ese vacío le hace preguntarse si de verdad es feliz. El estribillo repite que preferiría morir sola antes que seguir arrastrando un amor que quizá fue en vano, subrayando la lucha entre aferrarse a lo conocido y la necesidad de escapar para encontrar paz.
Al cerrar la puerta, Faouzia admite que jamás cumplirá las expectativas de la otra persona y que hasta su madre está preocupada por su estado. El tema transmite la sensación de estar atrapado en una identidad que ya no encaja, mientras se asume el dolor de dejar marchar un vínculo intenso. En última instancia, la canción invita a reflexionar sobre la bruma emocional que acompaña a la duda existencial y la valentía de reconocer que, a veces, despedirse es la única manera de comenzar de nuevo.