¿Alguna vez sentiste que tu pareja se quedó atascada en un semáforo en rojo mientras tú querías seguir adelante? En Green Light, Beyoncé convierte esa frustración en un himno de poder personal y liberación. Con su inconfundible energía, la artista de Estados Unidos le dice a su pareja que ya no cumple con sus expectativas, comparando la relación con un permanente dejado demasiado tiempo que termina quemando. Entre ritmos funk y coros de “Give it to mama”, la cantante se reafirma: su valor sube como la bolsa y ella sola puede brillar sin ayuda de nadie.
La metáfora del tráfico domina la canción: el rojo simboliza las excusas y la indecisión de su compañero; el verde es la luz que Beyoncé enciende para que él se aparte del carril. Al concederle esa luz verde, la artista le da permiso para marcharse y deja claro que no piensa frenar su propio avance. Si no te mueves, yo encontraré a otro advierte, recordándonos que el amor propio es el vehículo más rápido hacia la felicidad.