¿Listo para subirte a un ascensor repleto de ritmo y picardía? En “Lobby”, Anitta se une a la icónica Missy Elliott para transformar el recorrido imaginario del techo al vestíbulo en una carrera de pura seducción. Cada piso simboliza una nueva parada en el juego del deseo: besos que desbloquean puertas, cuerpos que se exploran como un pasatiempo y un lobby que se convierte en pista de baile privada. Con guiños a coches de lujo, motores rugiendo y noches de hotel, las artistas dejan claro que ellas llevan el volante y disfrutan la velocidad.
Más allá de su atmósfera sensual, la canción irradia empoderamiento femenino y libertad: aquí se vive el momento sin remordimientos, se encienden los sentidos y se celebra la confianza propia. Los versos de Missy añaden humor y autoafirmación, mientras los ritmos funk-pop invitan a moverse sin parar. “Lobby” es, en definitiva, un himno para bailar, besar y recordar que el placer también puede ser el mejor pasaje a tu propio paraíso.