Boys Don’t Cry retrata a una mujer segura de sí misma que se divierte desenmascarando la fragilidad masculina. Anitta cuenta cómo un chico que presume de duro termina revelando sus emociones cuando ella se niega a dejarse controlar. La cantante convierte la clásica frase “los chicos no lloran” en una pregunta llena de ironía y empoderamiento, recordándonos que la vulnerabilidad no es exclusiva de un género y que el verdadero poder está en mantener la independencia.
Bajo un ritmo pop-rock pegadizo, la letra muestra llamadas nocturnas, excusas con alcohol y promesas vacías. Ella responde con actitud: disfruta la atención, pero marca los límites. El resultado es un himno que celebra a quienes se plantan frente a las expectativas sociales, se ponen primero y dejan claro que ya no necesitan la aprobación de nadie. ¡Una invitación a bailar mientras desterramos estereotipos y reivindicamos el derecho a sentir de todos!