¿Recuerdas la rima infantil “Eeny, meeny, miny, moe”? Sean Kingston —el cantante jamaicano que fusiona reggae con pop— y un joven Justin Bieber la convierten en un juego amoroso donde la protagonista no logra decidirse. La canción pinta el retrato de una chica que mira "de izquierda a derecha", probando opciones sin comprometerse, mientras el narrador le ruega que no lo deje "bailando solo". Él se autoproclama Mr. Right y le promete un "paraíso" si tan solo deja de lanzar los dados y elige de corazón.
En pocas palabras, “Eenie Meenie” habla de la indecisión en el romance moderno: mensajes que van y vienen, promesas fugaces y el miedo a perder el tiempo. Kingston y Bieber invitan a la chica a unir sus latidos "como uno solo" y evitar ser la típica eenie meenie miny moe lover, esa persona que siempre elige al azar y desaparece tras la canción. Es un llamado a dejar el juego y atreverse a una conexión real, todo envuelto en un ritmo alegre que hace imposible quedarse quieto.