Hizose la travesía por mar con próspero tiempo y muy en breve. Tan pronto como puso el pie en la ribera de Yaguana, acudió el celoso Licenciado a la presencia de Ovando, a cumplir su comisión. Fue recibido, con perfecta cortesía por el Comendador, quien de veras le estimaba; pero en la reserva de su actitud, en el ceño de su semblante, echó de ver Las Casas que no era día de gracias. Efectivamente, Ovando estaba de pésimo humor, porque hacía dos días que el heroico y honrado Diego Méndez, el leal amigo del Almirante Don Cristóbal Colón, había llegado a Jaragua, enviado por el ilustre descubridor desde Jamaica, en demanda de auxilios por hallarse náufrago y privado de todo recurso en aquella isla. El viaje de Méndez y sus cuatro compañeros, en una frágil canoa desde una a otra Antilla, tiene su página brillante y de eterna duración en el libro de oro del descubrimiento, como un prodigio de abnegación y energía
The sea crossing was made in good time and very shortly. As soon as he set foot on the banks of Yaguana, the jealous lawyer came to Ovando's presence to fulfill his commission. He was received, with perfect courtesy, by the Commander, who truly esteemed him; but in the reserve of his attitude, in the frown of his countenance, Las Casas saw that it was not a day of thanksgiving. Indeed, Ovando was in a terrible mood, because two days ago the heroic and honored Diego Méndez, the loyal friend of Admiral Don Cristóbal Colón, had arrived in Jaragua, sent by the illustrious discoverer from Jamaica, requesting aid for being shipwrecked and deprived of all resources on that island. The journey of Méndez and his four companions, in a fragile canoe from one Antilla to another, has its bright and eternal page in the golden book of discovery, as a prodigy of self-denial and energy