Midnight Sun es un himno al verano que nunca termina. Zara Larsson nos lleva lejos de la ciudad para perseguir ese fenómeno tan escandinavo donde el sol apenas se esconde y todo parece posible. Con el techo del coche bajado, la brisa enredando el cabello y una lista de reproducción perfecta a todo volumen, la cantante celebra la libertad absoluta de las noches eternamente claras: no hay preocupaciones, no hacen falta sustancias para sentirse eufóricos y el tiempo se detiene en una golden hour que dura para siempre.
Detrás de los guiños a los bronceados, los chapuzones nocturnos y las iniciales escritas en la arena, late una historia de amor cómplice y secreta. El «midnight sun» simboliza esa chispa que ilumina incluso en la oscuridad, protegiendo a la pareja como si fuera un talismán natural. Con cada verso, Zara pinta una postal luminosa de conexión intensa con la naturaleza y con la persona amada, recordándonos que la magia del verano no tiene por qué acabarse nunca.