¿Te imaginas vivir con la sensación constante de que un solo botón pueda borrar el planeta? En “Russians”, Sting –el icónico cantante británico– convierte el miedo de la Guerra Fría en una llamada urgente a la empatía. Con referencias directas a líderes de ambos bloques y a la amenaza nuclear, la canción denuncia la "histeria" política y recuerda que no existe una "guerra ganable". Al cuestionar a Reagan y a Krushchev por igual, el artista subraya que la sensatez no tiene dueño y que todos, sin importar ideologías, compartimos la misma biología.
El estribillo repite una idea sencilla pero poderosa: “I hope the Russians love their children too”. Esa frase funciona como un recordatorio de nuestra humanidad compartida y como un antídoto contra la propaganda que deshumaniza al adversario. En lugar de elegir bandos, Sting propone un punto de encuentro universal: el amor por los hijos. Así, la canción se vuelve atemporal, invitándonos a reflexionar sobre el absurdo de cualquier conflicto que olvide que, al final, todos somos familia en este mismo planeta.