Heart’s On Fire nos presenta a Passenger y Ed Sheeran en un romántico viaje de ida y vuelta entre la nostalgia y la esperanza. El narrador admite que ha perdido un amor, pero no se resigna: promete cantar y volver a enamorarse, mientras evoca imágenes casi folclóricas de montañas cubiertas de tomillo y brezos en flor. Con pocas posesiones materiales y el corazón ardiendo, confiesa que lo único que realmente posee es la certeza de esos ojos y ese tacto que lo marcaron para siempre.
La canción oscila entre la vulnerabilidad de no saber “cómo” ni “cuándo” y la convicción apasionada de que “volveremos a ser amantes”. Cada repetición de my heart’s on fire funciona como un mantra que transforma la tristeza en combustible emocional, recordándonos que las canciones de amor pueden rompernos el corazón, sí, pero también son la chispa que lo mantiene vivo.