¿Alguna vez has sentido que, aunque el amor se haya ido, el corazón sigue pidiendo una última caricia? Put A Little Love On Me es la súplica íntima y vulnerable de Niall Horan, el cantautor irlandés que, guitarra en mano, convierte una ruptura en un vals lento de nostalgia. A lo largo de la letra, recuerda las subidas emocionantes de una relación —peleas, risas, noches de fiesta— y el brusco descenso cuando ya no queda nada que los mantenga unidos. Sin embargo, en medio del silencio y la soledad de los fines de semana, surge un deseo sencillo: «pon un poco de amor en mí», como si unas gotas de afecto pudieran sanar las grietas que dejó el adiós.
Este tema relata ese momento en que miras alrededor, las luces se encienden y te das cuenta de que la única persona que necesitas ya no está. Entre dudas existenciales (¿Está mal que aún me pregunte dónde estás?), recuerdos que no dejan dormir y la frustración de fingir que todo va bien, Horan retrata el anhelo universal de ser amado otra vez. El resultado es una balada melancólica, perfecta para practicar vocabulario de sentimientos profundos y descubrir cómo la música puede convertir la vulnerabilidad en belleza.