«Nobody But Me» es una divertida declaración de amor posesivo donde Michael Bublé, el crooner canadiense, se convierte en concursante y presentador de su propio programa imaginario. Entre metales vibrantes y un ritmo swing cargado de energía, el cantante confiesa que puede ser un poquito celoso y hasta algo impulsivo, pero ¿cómo evitarlo cuando su chica luce tan espectacular? De inmediato aclara las reglas: no quiere a nadie más rondando a su “baby”, ni siquiera pensando en la posibilidad. El tono juguetón y las referencias a los consejos de mamá y papá le dan un aire de comedia romántica, como si dijera: “Sé compartir… pero contigo no.”
La canción mezcla el estilo clásico de Bublé con un inesperado rap que refuerza la química de la pareja: juntos hacen “música hermosa”, se complementan como “dos naciones soberanas” que deciden unirse. En medio de la fanfarria, el mensaje es claro y contagioso: cuando el amor es tan fuerte, la idea de perderlo provoca un delicioso toque de celos que se celebra con aplausos, silbidos y muchos «hey!». Un tema ideal para practicar el vocabulario relacionado con las emociones y, de paso, dejarse llevar por un swing que grita a los cuatro vientos: solo tú y yo, nadie más.