Milk and Cookies convierte la merienda más inocente en un cuento oscuro. Melanie Martinez, desde su alter ego Cry Baby, usa la melodía de una nana y la rima infantil de contar hasta diez para narrar cómo la protagonista adormece a quien la controla con leche, galletas y pastillas. El contraste entre la ternura de la infancia y la amenaza de un crimen crea una atmósfera inquietante que critica el abuso de poder y celebra la astucia de quien se defiende.
Mientras la letra avanza, las imágenes de "melatonin", "poison" y "lullaby" muestran que lo aparentemente dulce puede esconder intenciones letales. Cada número del conteo marca un paso hacia la liberación de Cry Baby y el fin del villano, subrayando un mensaje de empoderamiento: a veces la única salida para una víctima es transformar el miedo en fuerza. La canción, con su producción juguetona y su letra macabra, invita a reflexionar sobre la fina línea entre lo infantil y lo perturbador.