Believe es un himno de superación en el que Meek Mill recuerda su origen humilde, los tropiezos con la ley y las veces que la vida pareció hundirlo en el suelo. Aun así, su mensaje es claro: pueden golpear mi cuerpo, pero no pueden encarcelar mi alma. Con versos que hablan de pobreza, largas jornadas fregando platos y la presión de los comentarios ajenos, el rapero subraya la importancia de perseguir los sueños y no las adicciones, mantener la fe y visualizar el éxito como si ya fuera una película proyectándose cada noche en la mente.
El estribillo melódico de Justin Timberlake refuerza esa fe compartida en uno mismo y en los seres queridos, mientras las referencias a la oración y la gratitud muestran que el motor de la esperanza también es espiritual. En conjunto, la canción combina rap crudo y coro inspirador para recordarnos que la verdadera corona se gana con resiliencia, visión y la convicción de que, pase lo que pase, ¡aún podemos creer!