¿Alguna vez te enamoraste tan rápido que no tuviste tiempo ni de preguntar tu propio nombre? “Closer To Me” del estadounidense Mark Ambor captura justamente ese vértigo: dos desconocidos que, casi sin aviso, saltan de la confusión a la obsesión. Las primeras imágenes —luces encendidas, dedos entrelazados, besos en el cuello— pintan un domingo perfecto, suave y luminoso, mientras la letra confiesa que ambos llegaban "rotos": él era un headcase, ella un wreck.
La magia ocurre cuando sus miradas chocan: son "ojos como luz de sol" que derriten toda resistencia hasta convertir el cerebro en “rubbish”. Desde ahí, la canción celebra esa deliciosa locura de estar tan cerca que “no hay nada que hacer” salvo perder el tiempo juntos. Ambor mezcla ternura y adrenalina, recordándonos que el amor más intenso puede nacer de la nada, desordenar nuestra vida y, al mismo tiempo, convertirse en el hogar que nunca pensamos encontrar.