¿Alguna vez has sentido que la vida da vueltas sin parar, como un carrusel que se rehúsa a frenar? Esa es la primera imagen que pinta Lizzy McAlpine en Older, una balada íntima donde la artista estadounidense convierte la nostalgia y el miedo al paso del tiempo en poesía. Entre lunas rojas, vómitos metafóricos y telones que caen, la canción describe la frustración de estar atrapado en un ciclo emocional que parece no tener final. El estribillo repite el deseo de ser más fuerte y de entender “cuál es el final”, reflejando la ansiedad por una salida que nunca llega.
En el segundo verso, el carrusel se vuelve más personal: la cantante observa cómo su madre envejece y anhela regresar a un pasado donde nadie sufría. El sentimiento de culpa aparece cuando confiesa que quiso ser “buena” y no “empeorar” las cosas. Así, Older es un grito suave pero poderoso contra la inevitabilidad del crecimiento, la pérdida y la autoexigencia. Escucharla es montarse en ese carrusel emocional, mirar de frente la vulnerabilidad y, al mismo tiempo, encontrar consuelo en la voz honesta de Lizzy que nos recuerda que no estamos solos en la búsqueda de respuestas.