¿Alguna vez has sentido que lo único que te falta es a esa persona especial? Esa es la pregunta que Justin Bieber, el ídolo canadiense, y su mentor Usher plantean en Somebody To Love. Sobre un ritmo pop-dance pegajoso convierten la búsqueda del amor en una auténtica fiesta: prometen componer una sinfonía, correr mil millas y hasta hacer que salga el sol con tal de conquistar un corazón. La letra insiste en que los lujos y los grandes gestos son solo adornos; al final, el protagonista confiesa que no quiere «mucho», solo alguien a quien amar.
Detrás del estribillo repetitivo y contagioso se esconde un mensaje sencillo pero poderoso: el amor verdadero vale más que cualquier cosa material. Por eso, aunque ofrezcan “dar el mundo” o “compartir el suyo”, lo único imprescindible es la conexión emocional. La canción captura esa mezcla de urgencia juvenil y romanticismo ingenuo que caracteriza los primeros amores, y anima al oyente a bailar mientras recuerda que, a veces, lo más grande que podemos pedir es simplemente somebody to love.