¿Qué pasa cuando el éxito, el insomnio y un amor imposible chocan?
En “Power Trip”, J. Cole nos invita a dar un paseo nocturno por sus pensamientos más obsesivos. A pesar de haber pasado de dormir en el sofá de su madre a firmar con Jay-Z y dominar los clubes de su ciudad, el rapero confiesa que sigue enamorado de la misma chica de siempre. Esa fijación lo mantiene despierto, entre tragos y canciones románticas que no paran de sonar en su cabeza. La colaboración con Miguel añade un toque seductor al coro, reforzando la idea de que el amor puede ser una droga tan fuerte como cualquier otra.
La canción mezcla nostalgia, vulnerabilidad y el ego inflado de quien ha alcanzado la fama. J. Cole recuerda los días en los que apenas podía pagar la renta, repasa los intentos infantiles de conquistarla con flores anónimas y admite que, aun con todo su éxito, sigue sintiéndose como un adolescente enamorado. El “viaje de poder” no es solo su ascenso en la industria, sino el control que ella ejerce sobre él: lo tiene despierto, cantando y bebiendo, mientras él se pregunta si algún día ella también lo querrá.