“Last Of The American Girls” retrata a una heroína moderna que se rebela contra todo lo establecido. Ella se maquilla como si pintara grafitis en el corazón del país, pedalea por la ciudad como fugitiva y protesta con huelgas de hambre. Cada imagen celebra su espíritu punk, su conciencia social y su negativa a encajar en un sistema que considera corrupto, aludiendo a amenazas como la guerra nuclear o el colapso de la civilización occidental.
En lugar de resignarse, esta “última de las chicas estadounidenses” abraza la disidencia: colecciona teorías de conspiración, canta clásicos en vinilo y se convierte en metáfora viviente de la resistencia. Green Day la exalta como un recordatorio de que la individualidad, la protesta y la solidaridad de la clase trabajadora siguen vivas, incluso cuando el mundo parece encaminarse al desastre.