Rock N Roll es un grito de guerra juvenil en el que Avril Lavigne, la canadiense eterna adolescente, deja claro que la esencia del rock se trata de ser uno mismo sin pedir disculpas. Entre jeans rotos, tatuajes y labios que no se callan, la canción celebra esa actitud de no me importa frente a las normas: da igual el maquillaje, la reputación o las modas hipster, lo importante es alzar la mano, subir el volumen de la radio y decirle al mundo que todavía somos rock, con todo y dedo medio al cielo.
Detrás de esa fachada rebelde hay también un mensaje de complicidad. Cuando estamos con la gente que nos comprende, todo es posible: escapar de un pueblo aburrido, ignorar las etiquetas y vivir a pleno volumen. Rock N Roll convierte la amistad y el amor en una especie de pacto secreto para resistir juntos, recordándonos que el rock no es solo música, es una manera de plantarle cara a la vida.