¿Qué pasa cuando la rutina, la fama y la incertidumbre chocan en la cabeza de un rapero? “Everyday” es el retrato de A$AP Rocky buscando alivio en una copa de vino mientras espera “la señal” que le indique hacia dónde ir. Entre riffs de guitarra de Rod Stewart, la producción brillante de Mark Ronson y los coros sedosos de Miguel, Rocky confiesa sentirse atrapado en un bucle: beber, sentirse bien, fantasear con otras dimensiones y, de paso, cuestionar el sistema que lo rodea. Es una mezcla de hedonismo, ansiedad y reflexión espiritual donde cita a Dios, la cárcel y los paparazzi en la misma frase, mostrando cómo el exceso y la presión mediática se convierten en su cotidianeidad.
La canción alterna momentos de euforia y paranoia. Se burla de su éxito (“flacko got the brand new rag”), reconoce sus “tornillos sueltos” y concluye que, por ahora, se conforma con “sipping wine, taking time slow”. En el fondo, “Everyday” habla de la búsqueda de propósito cuando todo alrededor -dinero, fama, peligros de barrio- parece no ofrecer respuestas claras. El vino funciona como símbolo de escape, pero también de pausa: una oportunidad para respirar y esperar el próximo signo que le permita avanzar, aunque no sepa si llegará. Es el himno de quien se siente en stand-by, disfrutando el viaje y temiendo al mismo tiempo lo que viene a continuación.